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奥莱 :http://www.ole.com.ar/seleccion/Argentina-puede-jugar-Espana_0_328167241.html
"Argentina puede jugar como España"
En el primer mano a mano tras la convocatoria, D’Alessandro banca el nuevo estilo de la Selección y dice que “no es difícil” ponerse la celeste y blanca. Y se entusiasma: “Mi sueño es el Mundial”.
Andrés... Andrés... Despertate, Andrés, por favor”.
Estela lo empuja como si quisiera dormirlo, más que despertar. Lo mece, sentada al borde de su cama, una vez, dos veces, quizá tres, mientras el niño Andrés duerme como un marrano. Son las 10.30 del 9 de noviembre del 99, y el niño Andrés hace lo mismo que todos nosotros hasta hace poco, muy poco, con él: duerme. La mamá finalmente lo logra despertar, le cuenta que a su sueño le seguirá un sueño más. Eduardo Urtasun, preparador físico del Sub 23, acaba de informarle que Bielsa lo ha convocado para una gira que la Selección realizará por España. Mañas de Loco: el técnico solía llamar a juveniles para que ganaran ruedo en la Mayor. Andrés tenía 18 años y jugaba en la Quinta de River. Fue, entonces, la primera vez. Como ésta, su segunda primera vez.
Hace algunos años que el fútbol argentino ha dormido -también ha dormido- con Andrés. Epidemia de Inter, debe ser. De la misma manera que recién ahora se admitió y se aplaudió el trabajo de Cambiasso en el Inter capo de Europa, a D’Alessandro también le demoraron la calurosa palmada de la Justicia. “Y es raro, porque el fútbol brasileño está tan cerca del argentino, tan cerca, que a veces no se entiende que no haya repercusión”, se explica el zurdo (29 años) en su primer mano a mano después de que Batista lo llamara. Recapitulamos: su segunda primera vez.
-Hemos sido injustos con vos. Recién ahora, ya campeón de la Libertadores, la prensa dice que renaciste, que has vuelto a ser el gran D’Alessandro, cuando la verdad es que hace dos años que jugás en este nivel.
-Sí, bueno... el tema es que... a ver... (silencio largo) Yo sé cómo son las cosas. No te digo que me acostumbré, pero aun así ya sé de qué manera te ponen arriba, con qué rapidez te bajan, todo eso. La cosa, mirá... eh... qué sé yo... mientras no te la creas... El futbolista no debe llegar a ningún límites: ni un desastre, ni un crack. Porque los elogios también son mentira. Eso sí: aún me asombra mucho que el fútbol brasileño no llegue a la Argentina. Y que cuando llega, cada tanto, llega cambiado. A veces escucho cosas, cosas que tal vez levantaron, andá a saber, que no son así, que al no ver los partidos se distorsionan. No sé. Para mí es raro.
-O sea que te podrían haber convocado antes.
-En algunos momentos me sentí cerca, sí. En el 08 ganamos la Sudamericana, el Inter jugaba bien, y entonces creía que tendría una posibilidad. Más que nada, ¿sabés por qué?, porque en el último ciclo de la Selección se llamó a un montón de jugadores.
-Los 107 convocados de Maradona, la itinerante Selección Local...
-Y a mí no me entraba en la cabeza que estuviera tan cerca de la Argentina y nadie supiera cómo estábamos, porque Conca también la rompía, todavía la rompe, ¿eh? Entonces me empezaron a rebotar estas dudas que te digo: si llegaban sólo las cosas malas, si lo que no llegaba eran las buenas, si no llegaba nada, o qué. Todo esto no lo entendí en ese momento. Te digo la verdad: no lo entendí. Yo nunca voy a decir: “Sí, merecí estar”. Nunca, jamás. Pero sé todo lo que trabajé, lo que me costó adaptarme en Brasil, un enganche argentino en Brasil, así que es obvio que este llamado lo disfruto más que nunca. No volví a la Selección sólo porque soy campeón de la Libertadores. Volví por muchas cosas más.
-En menos de un mes se ha pasado del vértigo de la Argentina maradoniana a una más pausada, con la intención del toque español. ¿Viste el 1-0 a Irlanda? ¿Te gustó el plan? -Vi algunos tramos, sí, y la verdad que me gustó. Se nota que hay un técnico nuevo, otra forma de jugar. Es una idea suya, bien del Checho, bien de él. Veremos.
-¿Será el definitivo? Porque en los últimos ciclos nos paseamos por casi todos: Bielsa y su heavy metal, el tango del Coco y José, la imprevisibilidad del último Mundial.
-Argentina siempre tuvo jugadores de buen pie. Hoy les toca a Banega, Gago, tipos a los que es muy difícil sacarles la pelota, o que la pierdan, así que el estilo es ideal. Nos sobran jugadores, esto es así. No creo, entonces, que lo mejor sea jugar 4-4-2, por ejemplo. Digo, me parece. Argentina podrá jugar con enganche, sin enganche, todo bien, pero lo que siempre se necesita es alguien que maneje los tiempos.
-Un enganche, justamente. Guiñazú le contó a Olé que en Brasil aún se respeta mucho el 10, que la mayoría de los equipos juegan con tres enganches reinventados.
-Y es así. Pero lo asombroso no es eso, sino que no lo hagamos acá. Eso me asombra. Que nosotros hayamos perdido el 10 me asombra.
-¿Le encontrás un porqué? -Y... los resultados, que parezca más fácil jugar 4-4-2, el miedo, el miedo a perder: todo eso. Lo normal tendría que ser lo que se hace en Brasil, que tiene jugadores talentosos como nosotros y los cuida, los respeta.
-En el Inter juegan con tres enlaces: Tinga, Tison y vos.
-Y antes jugábamos 4-3-1-2, conmigo de 10. Nunca jugué en otra posición. A veces un poco a la derecha, a veces a la izquierda, pero siempre creando. La idea nunca varió, y así ocurre en el resto de los equipos: ahora llegó Montillo al Cruzeiro, Conca la gasta en el Flu, Decó volvió ( NdeR: al Fluminense), Gremio juega con enlace, San Pablo también.
-¿El Mundial lo viste en Brasil? -La primera ronda acá, en la Argentina, y el final, sí, allá.
-¿Y? -Tristeza, mucha tristeza. La Selección había jugado mucho mejor que Brasil en la primera ronda, y eso nos alimentó aún más la ilusión. Te lo digo porque lo vi: los brasileños no estaban tan ilusionados como nosotros.
-Antes de la segunda final contra Chivas dijiste que “quizá no estoy en el lugar equivocado”, haciéndole un guiño a la sede del Mundial.
-(se ríe) Tranquilo...
-¿En Brasil cómo lo viven? -Se nota mucho que empezó otra etapa. Menezes armó un equipo joven, con otro estilo. Todavía están en la misma que nosotros, buscando una identidad.
La lesión de Gago le ha entornado al zurdo una puerta impensada. Batista lo ha pensado por izquierda, como alternativa de Di María, pero la ausencia del volante del Real Madrid obliga al técnico a replantearse el medio. “Con el llamado ya estoy hecho -se sonríe D’Alessandro-. Imaginate si llego a entrar...”.
-Batista suele machacar con el plan, el estilo, el proyecto español. Futbolísticamente, ¿te gusta? -Por supuesto. España tiene jugadores muy parecidos a los nuestros. En las dos selecciones hay hombres de buen pie, atacantes del mismo nivel; el estilo es similar. Esta Argentina podría jugar como España. Tranquilamente.
-Pregunta tonta: ¿fue el mejor del Mundial? -Sin duda. Y todo empezó en la Eurocopa. Sin la Euro 08, España no podría haber hecho este Mundial. Ya con haberlo ganado fue el mejor. Y si luego, encima, mirás cómo lo hizo, entendés mucho mejor su superioridad.
-En el 01 ganaste el Mundial Sub 20. En el 04, la medalla dorada en los Juegos de Atenas. Siempre de titular, también fuiste subcampeón de la Copa América 04, en Perú. Y la mayoría de las veces, Andrés, jugaste bien, o muy bien. ¿Te sentís un jugador de Selección? -Pero mirá que no es difícil jugar en la Selección. Argentina tiene a los mejores del mundo, yo he jugado con cada monstruo, que la verdad es que se hace sencillo, muy sencillo. Con Lionel (Messi) me entrené nomás, cuando estaba Basile, pero jugar debe ser tremendo ( NdeR: coincidieron sólo 40 segundos en el debut de la Pulga en la Selección, en el 05, en un 2-1 ante Hungría). Lo mismo con Carlitos (Tevez), el Pipa (Higuaín), Diego Milito. Esta convocatoria me agarra con un poco más de años, así que espero que esté más maduro, más tranquilo, para aprovechar el momento. Quiero seguir acá. Mi sueño es jugar un Mundial. |
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