|
El triunfo es sólo un accidente, un momento pasajero, una decepción. El ser humano, a lo largo de la vida, lucha y cae, una y otra vez, pero esos momentos son los que permiten alcanzar más adelante la victoria”.
Su voz es una música de fondo. Miles y miles de chilenos celebran en Plaza Italia su última clasificación a un Mundial mientras Marcelo Bielsa sentencia, en off, lo que tanto pregonó: el éxito a veces confirma, pero muchas veces maquilla. Andrés D’Alessandro vive su mejor semana en años. Figura del Inter campeón de la Libertadores, el enganche tendría un pie (el zurdo, ojalá) en la próxima lista de la Selección. Ultimamente olvidado, la Copa lo ha devuelto adonde siempre debió estar: en el palier de los talentosos. Hace dos años se fue, castigado, a Brasil. Se le diagnosticó exilio, desmemoria popular. El Portsmouth inglés, el Zaragoza español, el tormentoso San Lorenzo de Ramón: de las derrotas, las caídas, la subestimación, a hoy. Pueden leerlo despacio: Andrés D’Alessandro, otra vez campeón.
“La Libertadores siempre fue mi sueño. Con San Lorenzo. Con River. Siempre. Hace algunos años había perdido la esperanza, creí que no llegaría, pero acá está. Al fin, acá está. Este logro me llena de orgullo”, le dijo el zurdo a Indirecto. Eliminado en cuartos de final en las ediciones del 03 y 08 (ante América de Cali, con River, y frente a la Liga, en el Ciclón), el pibe criado en La Paternal fue titular en 12 de los 14 partidos del Inter (no estuvo en el inicio: 2-1 ante Emelec y 2-1 con Deportivo Quito). Sin goles, su don fue la multiplicación: de enlace, por derecha y por izquierda, turnándose hasta marear, comandó el equipo con Tinga y Taison. Armó los dos gritos con los que el Inter venció a Banfield, 2-0, en la revancha de octavos. También figura en el 2-1 a Chivas de la ida, Olé lo calificó con un 8 en la última final.
Allá lejos...
La última vez que D’Alessandro jugó en la Selección fue en septiembre del 05, en Asunción del Paraguay, con Pekerman como entrenador. Entonces no sólo derrotaron 1-0 a la Mayor, sino también al Cabezón, que nunca más volvió. Desde aquellas Eliminatorias para el Mundial 06 hemos visto a Riquelme, Aimar, Messi, Di María, Pastore. Muchos, menos él. Este éxito confirma, sin embargo, lo que las derrotas siempre atestiguaron: D’Alessandro es de Selección. Batista lo incluirá en la lista de 22 jugadores que anunciará este lunes, con otros dos contra los que podría enfrentarse en el Mundial de Clubes: Zanetti y Cambiasso. El técnico habló ayer con el capitán del otro Inter (ahora es el otro Inter) y se terminó de decidir por el Cabezón. Una extrañeza: de los seis argentinos titulares campeones de América y Europa, sólo Samuel era fija en la Mayor. Gabriel Milito será otro retorno.
“Sería desubicado hablar de la Selección. No sé si voy a estar, aunque es obvio que me gustaría volver. Es indudable que mi actuación tomó más trascendencia por este logro, pero las esperanzas no las había perdido. Ojalá que pueda estar ante España”, se sonrió D’Alessandro. “Lo de Diego (Maradona) lo acepté, lo entendí. Pero ahora llegó un técnico nuevo, y como es lógico, bueno, las puertas se abren otra vez”. Y se abren, nomás. Rechinan las bisagras del viejo nuevo sueño de Andrés. El técnico lo imagina generando, como alternativa de Di María.
“La meta, ahora, es el Mundial”, remató Andrés. Por supuesto, el de Clubes. Para el otro también tendrá su tiempo. |
|