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“Quiero rendir al máximo y que el Espanyol compre mi pase”
Entrevista Roncaglia
Facundo Roncaglia no quiere desaprovechar la oportunidad que le está ofreciendo el Espanyol para triunfar en España. El ex de Boca ha dejado claro que él no tiene inconveniente en ocupar la posición que le indique el técnico, ya que su principal objetivo es serle útil al equipo. ‘Facu’ aporta juventud a una defensa con acento argentino, y aunque solo tiene 22 años, el joven zaguero ya ha jugado dos años en un club importante como Boca Juniors, en el que fue una pieza importante de la zaga xeneize, que se proclamó campeón del Apertura 2008. Acostumbrado a rendir tanto en el eje de la zaga como en el lateral derecho, Roncaglia espera demostrar a todo el mundo el gran rendimiento que ofreció en Argentina y triunfar en el Espanyol.
—¿Cómo le va la vida por Barcelona?
—Muy bien. Ya estoy adaptado a la ciudad y al club, y disfrutando de esta experiencia que me ha tocado vivir e intentando aportar el máximo al equipo. Me ha venido muy bien encontrar a tantos compatriotas en la plantilla, ya que el salto de Argentina a Barcelona es muy grande.
—¿Cómo vive un argentino como usted en una ciudad como Barcelona tan distinta a su pueblo natal, Chajarí, en la provincia de Entre Ríos?
—Son dos sitios muy distintos. Barcelona es una ciudad muy grande, con mucho tráfico, movimiento constante, mientras que Chajarí es mucho más tranquilo, aunque en los últimos años se ha convertido en una atracción turística por sus termas, playas… Cuando yo me fui con 14 años era un pueblo en el que cuando salías a la calle conocías a todos, mientras que ahora con el turismo ha crecido mucho.
—Un pueblo en el que usted, a veces, junto a sus cuatro hermanos, ayudaba a su padre con el citrus. Si no hubiera sido por el fútbol, ¿estaría allí trabajando con él?
—Seguramente sí. Si no hubiera apostado por irme de casa a los 14 años para jugar al fútbol, lo más probable es que estuviera bajo el sol cultivando citrus, es decir, mandarinas, naranjas, lima, limón… y ayudando a mi papá.
—Pero, por suerte para usted, se arriesgó y la apuesta le salió bien. ¿Fueron momentos difíciles cuando llegó a Buenos Aires?
—Sí, porque era un mundo muy distinto al de mi pueblo natal, pero desde muy pequeño tenía decidido que quería ser futbolista y tenía que intentarlo. Tuve la suerte de entrar en las categorías inferiores de Boca Juniors, después llegar al primer equipo y todo eso me ha dado la posibilidad de poder estar ahora en el Espanyol.
—Su posición en el campo está clara, la defensa, ya sea como central o lateral, pero pocos saben que en el 2001, usted llegó a Boca como delantero. ¿Quién cambio su posición en el campo?
—De chiquito a todos nos gusta marcar goles y jugar de delantero. Al llegar a Boca, primero me probaron de delantero, después me fueron cambiando de posición y al final vieron que donde rendía más era de central. En esos momentos el coordinador de los jóvenes era Jorge Griffa, un central que había jugado en el Espanyol, y tras comentarlo con diferentes técnicos, decidió que empezará a jugar en el centro de la defensa.
—¿Pudo hablar con él cuando fichó por el Espanyol?
—No, porque él ya no estaba en Boca y no pude contactar con él. El que sí me habló bien del Espanyol fue Hugo Ibarra, a quien tenía como compañero y siempre me daba consejos.
—Sólo tiene 22 años y ya rindió a un alto nivel en un gran club como Boca Juniors. Esto no es nada fácil, ¿no?
—No, pero todo esto es el fruto de muchos años de trabajo y sacrificio. Yo siempre he intentado darlo todo para sumar y ganarme un sitio aunque no fuera fácil.
—¿Ha notado mucho la diferencia de ritmo entre la Liga española y la argentina?
—Sí, al principio sí, porque el ritmo es bastante diferente, ya que nosotros jugamos un poco más pausados. Ahora que ya llevamos más de un mes de competición, uno se va adaptando a un ritmo que se exige y que los mismos compañeros te van imponiendo.
—¿Cómo lleva eso de competir con un amigo como Juan Forlín por un puesto en el once?
—Muy bien. Tenemos una gran amistad porque nos conocemos desde hace mucho tiempo, pero los dos sabemos que dentro de la cancha luchamos por un mismo objetivo que es estar en el once titular y a la vez sumar para el equipo, que es lo que más importa. Que juegue uno u otro nunca será un motivo que pueda perjudicar nuestra amistad.
—En la Primera División española juegan más de 40 futbolistas argentinos y muchos de ellos son defensas. ¿Qué caracteriza a un defensa argentino para que sea tan buscado? ¿Cuál es su referente?
—No lo sé. Nosotros intentamos hacer las cosas lo mejor posible. Somos muy serios, queremos triunfar, tenemos personalidad en el campo, nos entregamos al máximo y tenemos hambre de hacer cosas importantes y esto siempre es un plus. A mi me gusta mucho como juega Ayala, un jugador que lleva muchos años en España y al que me gustaría enfrentarme este año cuando juguemos contra el Zaragoza.
—Este segundo parón liguero, ¿será suficiente para que el equipo acabe de sincronizar todos los movimientos en defensa?
—Sí, seguro. Creo que el equipo está mucho mejor que al inicio de la Liga y yo espero que estas dos semanas nos hayan servido para acabar de acoplarnos y asentar las bases para hacer un buen campeonato. De momento, en los dos últimos encuentros hemos dejado nuestra portería a cero.
—¿Qué objetivos se marca para esta temporada?
—Jugar lo máximo posible, aportar cosas al equipo para que el club esté contento con mis servicios y al final de temporada compre mi pase a Boca y pueda seguir mucho tiempo aquí. Sería muy lindo poder asentarme en el Espanyol, tanto para mí como deportista como para Romina, mi mujer, y mi niña Giuliana. Yo lo voy a dar todo para que me salgan las cosas bien y el club me acabe comprando. |
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