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再给个任务你吧~~:)
OLE的
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“百场蒙尼”
Cholo,这轮联赛对拉普拉塔体操比赛,就将是他执教生涯的第100场比赛了:三只球队,两个联赛冠军,还有数不尽的手势动作……这些汇集起来在他身上,形成了鲜明的“西蒙尼风格”。
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(正文开始,蒙蒙你滴功课啦~~~哈哈)
Cienmeone
El Cholo, frente a Gimnasia, celebra un centenar de partidos locales como DT: tres equipos, dos títulos, incontables gestos... Y un estilo que ya es una marca.
Los que quieran estar con nosotros, sepan que a partir de ahora será fútbol, fútbol y fútbol". Derrocha vigencia la primera frase de Diego Simeone como técnico. Desde aquel 18 de febrero de 2006, cuando dirigió la práctica de su Racing con el short aún sudado por su último partido como futbolista, hasta que esta tarde su River salga a pelear contra los molinos de viento por un mejor andar en el torneo local, habrán pasado 960 días. Y 100 partidos. Dos títulos caseros. Incontables cambios, de nombres y de sistemas tácticos, tanto de un partido al otro como durante los 90 minutos. Incalculables saltitos, gestos e indicaciones desde el costado de la cancha.
Y hay, claro, una marca, un estilo, que de tan propio asoma como único. Que podrá caer más o menos simpático, pero cuyo relieve es imposible de disimular. Ayer eran "los saleros, los tenedores y los panes" con los que, según el relato de Carolina, su mujer, dibujaba los movimientos de sus dirigidos sobre la mesa de coquetos restaurantes. Hoy no hay registros de trabajo extra para los mozos, aunque su obsesión por los detalles se mantiene. "El esfuerzo no se negocia" es una de sus máximas, y Simeone predica con el ejemplo: busca, imagina, prueba, retoca, da vuelta todo, olfatea, intuye, vuelve a ensayar. Hay señales de que River empieza a encontrar una línea, tenue aún, aunque más nítida que hace un mes. Gimnasia La Plata, rival ante el que se extasió con un histórico 7-0, resultado más ruidoso de su carrera como entrenador, será hoy su puerta de ingreso al club de los 100 y, al mismo tiempo, un examen interesante para acomodarse en el campeonato con la mirada fija en el superclásico y en la continuidad en la Copa Sudamericana.
Fue entrenador de ex compañeros. Se fue cuando mejor le iba del club que más quería. Llegó a Estudiantes sin más pergaminos que la imagen innegociable de que en el banco se entregaría tanto como cuando era futbolista. Convivió con Verón. Fue la arenga en carne viva de un equipo que encadenó triunfos para forzar un desempate con Boca. Dio una vuelta olímpica a menos de un año de lucir trajes de tono oscuro. Dos torneos más lo solidificaron, junto con su equipo. Le costó convivir con Verón. Llegó a un River en crisis, anémico de identidad, y no se refugió en los métodos tradicionales, dejó de lado el paladar, apostó por la taquicardia. Convivió con Ortega. Le cambió el chip a un plantel que se alimentaba de sus propias frustraciones. Vivió, aunque en el plano internacional, una eliminación estruendosa de la Libertadores frente a San Lorenzo. No flaqueó. Fue campeón en el primer semestre. Dejó de convivir con Ortega. Ahora busca reinventar a su equipo.
"Los que quieran estar con nosotros, sepan que a partir de ahora será fútbol, fútbol y fútbol". Lo dijo, lo dice y lo dirá Simeone. El que hoy llega a los 100. El que, por perfil, se irá a Europa antes de los 200...
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