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Solari: "Nunca se está en la cresta de la ola"
DAVID ESPINAR. Madrid
Santiago Solari volvió a demostrar ante el Sevilla que un jugador que no es titular con asiduidad puede llegar a ser tan necesario como quien jamás ocupa un asiento en el banquillo. El futbolista del Real Madrid no deja de reivindicarse en cada oportunidad de que dispone. Como los grandes, sólo lo hace con su fútbol, jamás con su discurso. Ayer, en la resaca de su gran gol ante el cuadro sevillista, volvió a moderar sus afirmaciones en una entrevista concedida a MARCA.
Cuando habla con la Prensa, da la impresión de que pocas veces está tan arriba en la ola como hoy, tras una racha de buenos partidos.
Nunca se está en la cresta de la ola. Las olas suben y bajan, se arman y rompen en las playas o en las rocas. Lo importante es seguir barrenando.
Decían los clásicos que de cada diez olas, la décima era siempre idéntica a la primera...
Todo parte de la actitud y de la paciencia que uno tenga para superarlas. Si abandonas en la octava ola, no coges nunca la décima. Nosotros cogimos la novena, que fue la más grande. Ésa la cogimos en Hawai.
Se refiere a la Copa de Europa ganada en Glasgow. ¿Lo suyo es paciencia o constancia?
Uno es futbolista, pero antes que eso es muchas otras cosas. Hay que pensar siempre en lo futbolístico y en otros aspectos, como la paciencia, la constancia o la presencia. Las cosas siempre se pueden ir puliendo y también las personas.
Un equipo desciende a Segunda hace años y usted, tocado con una coleta a lo Beckham, llora en el banquillo. Mucho tiempo ha pasado desde entonces.
En la vida, como todo el mundo, he tenido momentos tristes y también alegres, pero la derrota sirve muchísimo. Uno aprende mucho y te preparas para disfrutar de los momentos lindos. De aquellas lágrimas hace mucho tiempo y cada uno tiene su manera de afrontar las malas noticias, vengan de donde vengan.
Su anterior temporada en el Real Madrid, ¿la considera como una derrota en lo personal?
No fue una derrota, sino un aprendizaje, como todas las cosas aquí. De todo se pueden sacar buenas enseñanzas.
Pero esas olas de las que hablaba antes no fueron altas, sino bastante profundas.
A mí me tocó ser titular en 2002 tras un año de adaptación y de ver cómo funcionan las cosas aquí. En aquel tiempo crecí muchísimo. Luego, dejé de ser titular por la filosofía de este club: cada año ficha a los mejores jugadores del mundo.
Hay que competir contra los compañeros.
No soy sólo yo. Por ejemplo, Guti lleva aquí nueves años y con su enorme calidad todavía le cuesta entrar en las alineaciones. Es lo que ocurre cuando tienes una plantilla de tantísimo nivel, pero también con esas condiciones es como se ganan los títulos.
Volviendo al mar, ¿reman todos en el mismo sentido?
En este equipo, todo el mundo rema en la misma dirección. De lo contrario, no habría sido posible ganar todas las cosas que hemos ganado en un período de tiempo relativamente corto. Estas cosas se verán más adelante, con la perspectiva del tiempo se va a valorar todo lo que hemos hecho a lo largo de estos años.
Su palmarés ha crecido enormemente en poco tiempo.
Verdaderamente, han sido muchísimas cosas para sólo cuatro años. Y lo mejor es que creo que vamos a seguir en la misma senda en el futuro. Si no remáramos todos de igual manera, con el mismo ritmo y hacia el mismo lado, sería imposible conseguir todo esto.
Le queda un año y medio de contrato. ¿Cree que su rendimiento le brindará una renovación?
No pienso en mi contrato, sino en jugar. En mi cabeza solamente está el hecho de seguir disputando partidos, de seguir ganando títulos. Lo demás, suele caer por su propio peso porque, a fin de cuentas, un gol marcado en el último minuto vale lo mismo que uno conseguido en el primero.
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